Muchos de nosotros, cuando cursábamos estudios de bachillerato (me refiero al antiguo BUP, no al actual), tuvimos que leer y comentar la obra más famosa del escritor accitano (sí, ése es el gentilicio de Guadix, en la provincia de Granada, España) Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891), El sombrero de tres picos (1874). Se trata de una excelente novela corta, muestra de la maestría narrativa de este autor.
Pedro Antonio Joaquín Melitón de Alarcón y Ariza (fuente: commons.wikimedia.org)
Alarcón se asocia a la corriente realista de la literatura española, si bien se inició como escritor de corte romántico. De su pluma salieron obras costumbristas, libros de viajes… Su producción literaria, por fortuna para el lector, ha sido digitalizada y puede leerse en Internet.
Te preguntarás, amable lector, por qué hablamos de Alarcón en un blog dedicado a lo fantástico. Pues bien, este autor, como muchos otros colegas en la España de la segunda mitad del siglo XIX, leyó a Edgar Allan Poe, lo disfrutó… y fue influenciado por el genial escritor americano. Al menos, ésa es la impresión que da la lectura de El clavo (1853), una de las primeras (si no la primera) novelas policíacas en nuestro idioma. No destriparemos aquí el argumento; simplemente, recomendamos su lectura. Por cierto, se rodó una película sobre ella en 1944, e incluso hubo una adaptación para Televisión Española (protagonizada por Mónica Randall en 1971, creemos; si alguien la localiza en algún recoveco de Internet, le agradeceríamos que nos lo hiciera saber).
Más aún. En su antología Narraciones inverosímiles encontramos un par de cuentos que pueden ser de interés para los amigos de la literatura fantástica. Por un lado, tenemos El amigo de la muerte (1852), cuyo título ya nos indica de qué va. Dejando de lado algún párrafo sensiblero, se lee con agrado y logra sorprendernos al final. Sin embargo, la obra más notable, la que nos ha motivado a escribir esta entrada, es La mujer alta (1881). Algunos estudiosos opinan que es el mejor cuento de terror escrito en lengua española. ¿Exagerado? Es el lector quien debe juzgarlo. Si nos pides nuestra opinión, amigo internauta, nos parece un relato magnífico, que inquieta y logra transmitir desasosiego, aparte de estar muy bien escrito. Te animamos a disfrutarlo, si no lo conoces.